viernes, 18 de enero de 2013

Cujo, de Stephen King

Acabo de leer por segunda vez la novela "Cujo", de Stephen King (el tío alto de Maine). Como no se me ocurría otra cosa que publicar (y como quiero dar un poquitín de vida a este sitio), creo que esta es tan buena opción como cualquier otra para disparar una entrada sobre literatura. Así que, habiendo hecho esta pequeña introducción, allá vamos.

La novela es buena. Digo más. Es muy buena. Vamos, es un libro que desde que lo abres no puedes dejar de leer. Cada página que va pasando aumenta el suspenso y la inquietud del lector. Es una novela que puede gustarte o no, pero no te dejará indiferente.

Es una novela situacional, de ahí que sea de lectura ágil. Planteamos una situación hipotética. Una escena que tenga la suficiente garra como para atrapar al lector y de ahí vemos qué ocurre. En este caso, planteamos sencillamente "¿Qué sucedería si una mujer y su hijo quedasen atrapados en un auto, mientras son acosados por un San Bernardo con rabia?". Y sale este libro.

No es una novela de argumento complejo, de una trama finamente calculada durante semanas. Es el vómito de una idea, sin ir más lejos.

Como comentario curioso, el señor King aplica una técnica que es casi una tónica en su obra (aunque no recuerdo si la habrá usado con tanta terquedad alguna otra vez), y consiste en el reverso del deus ex machina. En literatura, el deus ex machina (el "dios de la máquina") es un recurso con el que algunos están más o menos de acuerdo, pero se resume en propiciar la aparición de un agente benévolo (interno o externo), de una situación, persona, lugar o evento de naturaleza variable, que ayude al protagonista para deshacerse del problema central de la historia. En vulgar: le ayuda a salirse de los líos en los que se ha metido. Hay quienes lo manejan de forma aceptable, y hay quienes lo usan de forma chapucera e indiscriminada (y demasiado poco elegante). Es la salvación del personaje, a grosso modo; una vulgar ayuda que el escritor le da para que siga sobreviviendo un rato más o para que todo acabe bien.

Pues el recurso del reverso del deus ex machina es hacer todo lo contrario a usar el deus ex machina. En lugar de ayudar al protagonista, estorbar gratuitamente sus vidas con problemas. Desde el principio de la novela todos los acontecimientos, incluso los más pequeños, están  al servicio de la catástrofe, de evitar por cualquier medio las soluciones rápidas y convencionales. Está forzando durante todo el libro una confrontación única e inapelable, un cambio radical de concepción paradigmática (que la protagonista tiene que comenzar a ser distinta o morir, en criollo). La novela es muy realista en ese aspecto. Refleja con un sentido del humor casi siniestro la furiosa declamación de Murphy: "Si hay algo que pueda hacerse mal, entonces se hará mal". Y es así como el lector se siente impotente al ver cómo las vías de salvación se van cerrando inexorablemente. Te desespera y no puedes dejar de leer, rogando en todo momento que ocurra esto o aquello.

Los personajes están muy bien escritos. Son reales, son naturales. Actúan de acuerdo a lo que haría cualquier hijo de vecino en una situación similar. Subjetivamente hablando (es decir, lo que un servidor siente), las mujeres de esta novela son unas estúpidas. O el señor King estaba enfadado con su mujer cuando escribió todo esto o tiene mucha facilidad para crear personajes con la facultad de caerme mal. No están mal escritas, en absoluto, sólo me caen increíblemente mal. La protagonista es una mujer estúpida e insulsa, con pocos recursos, con ninguna cualidad positiva más allá de gastar un cuerpazo de aquellos. La esposa del mecánico es una mujer superficial y primitiva que no percibe que es igual que su marido, a pesar de querer destacar internamente una diferencia primordial entre ambos. Incluso una mujer que aparece en segundo plano del libro es tan estúpida que no diferencia los días de la semana. De acuerdo, todo sirve al reverso del deus ex machina, pero no se deja de notar una acuciante hostilidad hacia las mujeres.

Se le pueden poner pegas a la novela por el exceso del reverso del deus ex machina (la actuación del sheriff en un proceso habitual deja mucho que desear, y más aún si consideramos que es un personaje que hemos visto ya en "La zona muerta", y que allí se manifestó como un buen funcionario y un buen detective). Finalmente, la resolución del conflicto secundario de forma casi milagrosa parece una burla al lector, en plan "¡Te jodes ahora traemos al deus ex machina de toda la vida!". Pero bueno, supongo que fue una agradable broma literaria.

En resumen. La historia es buena, está bien contada y los personajes son coherentes. Podríamos considerar que es un guiño a los lectores, aunque no necesariamente. Es muy recomendable. Así que eso, os la recomiendo.

E inexplicablemente, me dieron ganas de tener un San Bernardo por casa :P

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